Decidí escribir
poesía como si aquello me fuera a salvar la vida.
Como si ello hiciese
tu recuerdo algo menos doloroso y ahogase mis penas en papel y tinta.
Desnudando mi alma a
cada palabra, intentando que se
sintiese mejor, menos frágil y más ágil.
Y aquí estoy, escribiendo poesía todos los
días, todo el día. Con el corazón sangrante y los ojos rojos.
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